Vino Tinto Nauta Monastrell Crianza

Con una rica y apasionante historia que se remonta a más de 150 años, Freixenet se ha solidificado como una emblemática productora de cava y otros vinos espumosos, abrazando con pasión la tradición y la innovación en cada botella que se descorcha. Fundada en 1861 en Sant Sadurní d'Anoia, en la fecunda región del Penedés, por el matrimonio de Francesc Sala Ferrés y Josep Ferrer Bosch, la empresa ha sido un pilar en la viticultura española, perpetuando el arte y la ciencia de la vinificación a través de generaciones.

Anidados en el corazón de la comarca del Penedès, los viñedos de Freixenet se benefician de una localización geográfica singular, donde el clima Mediterráneo se funde con las características específicas de tres zonas de cultivo diferenciadas: costa, llanura y montaña. Esta diversidad topográfica permite el cultivo optimizado de las variedades clásicas del cava: Macabeo, Xarel·lo y Parellada. El equipo de agricultura, con una intuición afinada por la experiencia y la tradición, determina meticulosamente el momento óptimo para la recolección de cada variedad, asegurando una calidad insuperable desde el viñedo hasta la copa.

El compromiso de Freixenet con la excelencia no sólo reside en sus propias tierras, sino también en la colaboración estrecha con cerca de 500 viticultores dedicados, que suministran uvas de la más alta calidad, trabajando sinérgicamente con nuestro equipo y fomentando un espíritu comunitario que permea cada aspecto de la producción.

Más allá de las fronteras de España, Freixenet ha expandido su presencia y expertise vinícola a regiones prominentes en el mundo del vino, como Francia, Italia, Australia y Estados Unidos, llevando con ellos no sólo sus productos, sino la esencia de la marca y su dedicación a la creación de vinos excepcionales.

Esta empresa, que ha sido merecedora de numerosos premios y distinciones a nivel nacional e internacional, también ha sabido conectar con el público a través de sus icónicas campañas publicitarias navideñas, convirtiéndose en una amada tradición en muchos países y entrelazando la celebración y la festividad con la finura y elegancia de sus cavas.

En cada botella de Freixenet, se encapsula no solo el vino, sino la historia, la tierra y la gente que ha hecho posible que cada sorbo sea un motivo de celebración, un brindis por los momentos compartidos y los que están por venir. Es este legado, que transciende lo tangible, el que la empresa se enorgullece de compartir con el mundo, invitando a todos a formar parte de su rica historia y a celebrar cada momento con un vaso de Freixenet en mano.